26/4/2024
Música

Historia de una canción

“Have Yourself a Merry Little Christmas”, una canción típicamente navideña, formaba parte de la banda sonora de Cita en San Luis

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Historia de una canción

Es difícil saber de dónde surge la tristeza inherente a todo villancico. Para el caso anglosajón quizá sea útil acudir a una de las canciones navideñas más interpretadas, versionadas y reconocibles de todos los tiempos: “Have Yourself a Merry Little Christmas”.

En 1944 MGM, una de las productoras más importantes del Hollywood dorado, decidió llevar a la gran pantalla en formato musical los relatos autobiográficos de Sally Benson para la revista The New Yorker, publicados entre 1941 y 1942. En ellos, Benson evocaba pasajes familiares de su infancia en San Luis. Los artículos fueron recopilados más tarde en una novela titulada Meet Me in St. Louis, que serviría de base para la película homónima dirigida por Vincente Minnelli en 1944 y protagonizada por una jovencísima Judy Garland. Aquella Cita en San Luis —por su traducción al español— narra las vivencias de una acomodada familia cuya felicidad y cohesión se ve dinamitada por una cercana mudanza a Nueva York, motivada por las expectativas laborales del padre. Meet Me in St. Louis es un relato emocional, clásico en el sentido más puro de la expresión, sobre la nostalgia y el desarraigo. Las canciones que aderezan la película giran en torno a las mismas temáticas con un inevitable tono melancólico y alicaído. Varias fueron escritas por Hugh Martin. Entre ellas destaca “Have Yourself a
Little Merry Christmas”, una felicitación navideña al ralentí que, en un principio, contaba con letras sombrías relacionadas con la indeseada mudanza de la familia. Tal debía de ser la pesadumbre que transmitía la canción que el equipo de la película, con Garland al frente, solicitó a Martin una versión lírica edulcorada del villancico. El compositor aceptó y modificó algunas frases, pero los arreglos, la melodía y la partitura de la canción permanecieron idénticos. Así, su cariz optimista solo se llevó a la letra: la música seguía siendo tan triste como siempre.
 

Desde su creación, “Have Yourself a Merry Little Christmas” ha luchado contra su propia naturaleza

La película fue un éxito incontestable, uno de los más relevantes de la historia de MGM. Al final, la familia conseguía quedarse en su amada San Luis y permanecía feliz, en casa, durante el resto de su vida. “Have Yourself a Merry Little Christmas” sobrevivió al paso del tiempo y al olvido cinematográfico gracias a su inherente magnetismo. Desde entonces y hasta hoy, la balada, un lamento decorado con árboles de Navidad y nieve artificial, ha sido interpretada por diversos artistas: “Let your heart be light / From now on / Our troubles will be out of sight”, dice la canción. 

Puede que ninguna de ellas haya contribuido tanto a su fama como la de Frank Sinatra. Volcado en la producción de un disco dedicado íntegramente a la Navidad, Sinatra decidió poner voz a la composición de Martin. Sin embargo, y al igual que Garland en su momento, encontraba sus palabras demasiado afligidas, incompatibles con el feliz estado de ánimo que todo producto comercial trata de articular en torno a la Navidad. Una vez más, Martin tuvo que reescribir algunas de las líneas de su canción fetiche para satisfacer al intérprete, agudizando aún más el contraste entre su música, siempre apenada y nostálgica, y sus letras, cada vez más alegres y optimistas. Desde su creación, “Have Yourself a Merry Little Christmas” ha supuesto una lucha contra su propia naturaleza. Quizá por ello conserve su magnetismo para tantas y tantas generaciones.

Década a década, estilo tras estilo, “Have Yourself a Merry Little Christmas” ha sido versionada por algunos de los músicos más prominentes de su tiempo. Un simple ejercicio de búsqueda en Spotify revela centenares de “Have Yourself a Merry Little Christmas”, cada una interpretada por un vocalista o por un grupo diferente. Las hay convencionales y en la línea estipulada por Sinatra a mediados de los 50, como la de Michael Bublé o la muy reciente de Sam Smith. Y las hay algo menos heterodoxas, como la de The Pretenders o la de The Jackson 5, ambas adaptadas al rango sonoro de cada uno de los grupos. Kenny G y su omnipresente saxofón, Christina Aguilera y su barroquismo vocal, She & Him cumpliendo la cuota de representación indie, Kylie Minogue, Rod Stewart, Luis Miguel, Bing Crosby... Incluso un Bob Dylan tardío y con la voz notablemente descompuesta se animó a hacerla suya con motivo de su álbum navideño Christmas in the Heart (Columbia, 2009), donde reunía versiones de “The Little Tambourine”, “The Christmas Blues” o “Here Comes Santa Claus”.

Setenta años después, “Have Yourself a Merry Little Christmas” es patrimonio de la Navidad, la clase de canción cuya melodía es inconfundible aunque parezca provenir de un olvidado rincón de la memoria. Triste, sí, pero navideña al fin y al cabo.