19/4/2024
Política

Obama acorta su visita a España por el ataque a policías en Dallas

Regresa a EE.UU. un día antes de lo previsto tras reunirse con el rey y Rajoy en Madrid, cancelar el viaje a Sevilla y saludar a sus tropas en la base de Rota

AHORA / Noelia Sastre - 08/07/2016 - Número 41
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Obama acorta su visita a España por el ataque a policías en Dallas
El USS Porter a su llegada a la base naval de Rota, en abril de 2015. V. LópeZ / EFE
Cuando Barack Obama aterrice por fin en España este 9 de julio, será la primera visita de un presidente de Estados Unidos a nuestro país en 15 años. La ausencia más larga en democracia. Exteriores llevaba tiempo negociando este encuentro bilateral que finalmente se ha encajado después de la cumbre de la OTAN en Varsovia, y que a punto ha estado de retrasarse hasta que España formase gobierno. Antes ha tenido que pasar casi toda la presidencia de Obama, que dejará la Casa Blanca en enero de 2017 tras haber visitado 54 países en 48 viajes internacionales desde 2009, 14 de ellos europeos. Francia, con seis visitas, Alemania y Reino Unido, con cinco, son los que más ha pisado, cumbres incluidas.

España no ha sido una realidad en su agenda hasta este julio. Ya se lo dijo el propio Obama al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, el pasado abril en la Cumbre de Seguridad Nuclear: “A ver si formáis gobierno, que estoy deseando ir”. Obama viene, pero con un Gobierno en funciones. Las autoridades españolas, sin embargo, han cruzado el charco varias veces para reunirse con el demócrata en el Despacho Oval. Felipe VI le extendió la invitación formal en septiembre, en su primera visita oficial a EE.UU. desde que asumió su reinado en junio de 2014. En enero de ese año, Mariano Rajoy se entrevistó con Obama en Washington. José Luis Rodríguez Zapatero lo hizo en 2009, en un encuentro que permitió superar las tiranteces surgidas tras la retirada de las tropas españolas de Irak en 2004.

Obama devuelve ahora la visita en un gesto que contenta a la política exterior española, aunque antes haya visitado a socios europeos como Holanda, Portugal o Dinamarca, con los que tiene acuerdos de mucho menor alcance que el Convenio para la Defensa sobre la base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla), centro de operaciones del Pentágono para África, y la naval de Rota (Cádiz). La presencia estadounidense se ha reforzado considerablemente en Andalucía en los últimos años —Defensa lo considera un “éxito de la diplomacia militar española” liderada por Pedro Morenés—, al tiempo que disminuye en otros países. Aun así, España —con 2.720 militares estadounidenses a los que se podrían sumar otros 2.200 en situaciones de crisis tras la ampliación de Morón acordada en 2015— sigue siendo uno de los aliados con menos efectivos de ese país desplegados en su territorio: entre 2005 y 2015, las fuerzas de EE.UU. en Alemania pasaron de 66.418 a 30.015 y en Gran Bretaña, de 11.438 a 9.078. En Italia se incrementaron de 9.855 a 11.425.

Felipe VI lo recibe en Torrejón

Tan importante es la presencia militar en España para EE.UU. que Obama pasará por Rota. Estaba previsto que el Air Force One aterrizase este sábado en Sevilla, en el aeropuerto de San Pablo. Pero finalmente llegó a Torrejón, donde fue recibido por Felipe VI y la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría. El presidente de EE.UU. ha volado desde Varsovia directamente a Madrid, cancelando su visita a Sevilla para acortar el viaje y regresar un día antes de lo previsto a Washington. El ataque contra policías en Dallas ha obligado a este cambio de última hora. Sevilla se ha quedado sin la esperada visita de Obama, cuya embajada había reservado habitaciones en los hoteles Alfonso XIII y Meliá Colón y estaba previsto un paseo privado el domingo por la catedral y los Reales Alcázares.

También se ha modificado el orden de la visita a la base Rota. Obama se reunirá el domingo por la mañana con el rey en el Palacio Real y con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en la Moncloa. En el aeropuerto de Torrejón se encontrará con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera antes de volar hacia Rota, donde llegará sobre las cinco de la tarde y donde la Marina de EE.UU. tiene cuatro destructores, parte del escudo antimisiles de la OTAN. Allí viven 4.500 estadounidenses, entre personal militar, civil y sus familias. Desde allí partirá hacia EE.UU. a las 20 horas del domingo, un día antes de lo previsto. 

“Obama agradecerá a las tropas su servicio. No se ha anunciando ninguna otra parada. Las visitas a las bases donde hay destacamentos estadounidenses son frecuentes en los viajes del presidente. Y no solo en Europa”, confirma desde Washington Mark Stroh, portavoz del National Security Council.

 

Dezcallar: “Esta visita era una deuda con España. Las relaciones son buenas, pero hay que escenificarlas”

“La visita a España, un importante aliado de la OTAN, subraya la robusta cooperación en materia de seguridad, así como la sólida relación política y económica entre ambos países”, dicen desde la Casa Blanca. En Defensa describen “dentro de la total normalidad la visita a Rota, como cuando lo hacen los mandatarios españoles”. Francisco Villar, exembajador de España ante la ONU, subraya la dificultad de encajar las piezas. “Estos viajes son siempre complicados, por eso no es extraño que vaya primero a Rota y acabe con la bilateral. No cruzan mucho el charco y tienen peticiones de todos los aliados. Más reseñable es el hecho de que se reúna con un presidente en funciones, pero es el contexto que ha tocado. Lo importante es que venga.”

La prensa estadounidense dará poca cuenta de los días de Obama en España. Cuando visita a los aliados desaparece de escena porque allí lo que importa es la política interna, y más en un año electoral. Sí tienen más repercusión los viajes a países con los que EE.UU. ha tenido algún contencioso, como Vietnam, China o Rusia. Y Oriente Medio siempre. “Es lógico que visite a sus tropas, aunque aquí lo que cuenta es la bilateral, tardía pero oportuna”, apunta el exembajador Inocencio Arias. “No han conseguido que viniera antes y ahora lo hace con un Gobierno en funciones y en un momento delicado para Europa, con el Brexit y la amenaza terrorista. Obama tenía que haber venido hace tiempo. Tenemos acuerdos de defensa desde 1953.” 

Arias insiste en que “el presidente más importante del mundo” ha apostado por una política exterior más volcada hacia China. “Su ausencia fue el mayor berrinche de Zapatero. Finalmente no ha querido dejar la Casa Blanca sin pasar por Madrid.” Jorge Dezcallar era embajador en Washington cuando Obama ganó las elecciones en 2008. “Esta visita era una deuda de EE.UU. con España. Nuestras relaciones son muy buenas, pero es importante escenificarlas ante el resto del mundo. Los presidentes solían venir cada cinco años: Carter en 1980, Reagan en 1985, Bush padre en 1991, Clinton dos veces, en 1995 y 1997, y Bush hijo en 2001.” Pero luego se complicó con Rodríguez Zapatero y la “apresurada” retirada de las tropas de Irak, recuerda Dezcallar. “Eso no significó la hibernación de las relaciones, que siguieron desarrollándose, pero acabó con la cordialidad que siempre había existido. Y si alguien cree que los únicos molestos eran George W. Bush y los republicanos del ala dura, se equivoca. Muchos demócratas también lo interpretaron como una bofetada. No por la retirada, vista como una promesa electoral, sino por la forma amateur en la que se hizo. Allí entendieron que pudo poner en peligro las vidas de soldados estadounidenses.”

La defensa de Occidente

Al venir a España antes de concluir su segundo mandato, Obama ha querido dar por totalmente normalizada la relación bilateral. “Y proclamarlo alto y claro ante todo el mundo.” El embajador español que vio llegar a la Casa Blanca al primer presidente afroamericano afirma que lo que más le interesa a EE.UU. de España son las relaciones en el ámbito de la defensa. “Que hayamos aceptado acoger en Rota a cuatro fragatas dotadas del avanzadísimo sistema Aegis para la protección antimisiles, o que permitamos en Morón el estacionamiento de la fuerza de despliegue rápido para situaciones de emergencia en África, son dos grandes contribuciones de España a la defensa de Occidente. Y los estadounidenses así lo reconocen.”

Para Dezcallar, la visita a Rota adquiere especial relevancia al producirse después de una cumbre de la OTAN. “Es importante que nadie piense que el Brexit debilita a Europa. Es en ese contexto en el que cabe entender su paso por la base: para manifestar públicamente que su compromiso con la defensa europea se mantiene intacto. Y más ahora”.

Las que iban a ser 48 horas de Obama en España llevan años cocinándose. “Ya en 2010 me comentó personalmente que deseaba venir”, dice el exembajador en Washington. “Ha habido tiempo de sobra para hacer las cosas bien. Ahora todo parece un poco forzado por el fin de su mandato. Aquí seguimos con un Gobierno en funciones y eso le da un carácter raro al momento elegido: uno se va, el otro no ha sido investido. En todo caso, bienvenido sea. Nuestra ausencia en su agenda era escandalosa. Por eso su llegada es una buena noticia. Muestra ante el mundo lo bien que nos llevamos. Y eso es bueno que se sepa por ahí.”