Los partidos buscan su propia BBC
Todas las fuerzas plantean dotar de independencia a los medios públicos
Xabier Fortes es vicepresidente del Consejo de Informativos de TVE, que solo una semana después de la declaración de intenciones de Rajoy pedía la dimisión de la dirección de Informativos por censurar en el Telediario las grabaciones del ministro Fernández Díaz con el jefe de la Oficina Antifraude catalana. “El PP llegó al poder y reformó la Ley Audiovisual de 2006, que obligaba a que el nombramiento del presidente de la Corporación tuviese el acuerdo de 2/3 del Congreso, lo cual hacía que los partidos cruzasen propuestas con el criterio profesional como base”, narra el periodista gallego. Dos presidentes han sido nombrados durante el gobierno de Rajoy, Leopoldo González-Echenique y José Antonio Sánchez, ambos solo con el apoyo del PP. “De ahí descienden todos los demás nombramientos en los puestos clave”, explica Fortes, que denuncia la “censura, manipulación y doble rasero” que se ha impuesto en los informativos de RTVE desde que el Gobierno decidió abandonar el modelo que representaban Luis Fernández y Fran Llorente como presidente y director de informativos respectivamente. Bajo la dirección de Llorente, los informativos fueron un éxito de audiencia inédito desde entonces y se colocaron entre los mejores del mundo, llegando a obtener en 2009 el Global TV Award al mejor noticiero, por encima de la tan invocada BBC o la televisión francesa. Desde su salida, TVE se ha reforzado con periodistas provenientes de medios afines al PP hasta crear una “redacción paralela”.
Oportunidad perdida
El Consejo de Informativos llevó al Congreso poco antes de las pasadas elecciones generales una propuesta para volver al sistema anterior, “que tendrá sus fallos, pero que creemos que es un buen punto de partida para seguir trabajando”, valora Fortes. Todos los partidos firmaron a favor de ese acuerdo, incluso Podemos y Ciudadanos, que no habían entrado en la Cámara Baja. Todos, de nuevo, menos el PP, que ni siquiera recibió a los representantes del Consejo. El PSOE lleva en su programa electoral la vuelta al sistema de elección del presidente de RTVE por dos terceras partes de los diputados. Más ambiguos y escuetos son en Ciudadanos, que piden “un modelo despolitizado, en el que todos los cargos sean escogidos a partir de criterios de profesionalidad y excelencia”, y se habla con cierta vaguedad de la “función de vertebración social” y de “apostar por el talento de los trabajadores”.
El PSOE también quiere reformar la financiación del ente (que vive sin publicidad desde la Ley Audiovisual de Zapatero) y elaborar un sistema de indicadores cualitativos y cuantitativos para evaluar la pluralidad, independencia y calidad de la radio y televisión públicas.
Regular el sector privado
Las propuestas de los socialistas van más allá del ámbito público. Su programa promete poner en funcionamiento el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales, “para garantizar la supervisión, la transparencia y el pluralismo” del sector. Se trata de una autoridad reguladora similar al CAC catalán (cuyos miembros son elegidos por al menos tres partidos y dos tercios del Parlament). El PSOE apuesta por el cooperativismo entre periodistas, líneas de crédito para la prensa escrita y ayudas para nuevos proyectos digitales y para la renovación tecnológica. También inciden en la necesidad de aplicar transparencia total en la publicidad institucional.
El PP no toca en su programa ningún aspecto relativo a los medios de comunicación
El programa de Podemos es el que más contenido encierra vinculado a los medios de comunicación. Coincide con el del PSOE en la necesidad de garantizar la independencia y el pluralismo de los públicos. Para ello proponen “desgubernamentalizar” RTVE y la agencia EFE y fomentar las competencias y la participación de los consejos de informativos, de un consejo social y de la figura del defensor del espectador. La presidencia de los medios públicos se otorgaría a través de concurso público tras presentar un proyecto, pero el programa se olvida de concretar quién valoraría esos proyectos y elegiría al ganador. El partido que lidera Pablo Iglesias también apuesta por “ofrecer contenidos rigurosos y adecuados que establezcan una fuerte conexión entre la sociedad y la comunidad científica” y contribuir a una representación igualitaria y no sexista de hombres y mujeres en los medios, y por una mayor presencia de mujeres, “más allá de los estereotipos mediáticos femeninos”.
Son conocidas las tiranteces de Iglesias con los medios privados, a los que considera un oligopolio “incompatible con el derecho a la información”. Para evitar la concentración de la propiedad de los medios informativos Podemos propone “una revisión de los criterios de gestión del espectro radioeléctrico” para llegar a un reparto mayor que incluya al tercer sector (organizaciones sin ánimo de lucro) y garantice el derecho a la libre competencia que “permita mejorar los indicadores del pluralismo”. Que un espectro dominado en su mayoría por tres grupos (incluida RTVE) sea gestionado por más manos, vaya.
Iglesias también defiende, como los socialistas, crear un “Consejo del Audiovisual” independiente e integrado en la Plataforma Europea de Autoridades Reguladoras (de la que ya forman parte los órganos andaluz y catalán). Y crear un “Estatuto de la Información”, en colaboración con las asociaciones profesionales, “que recoja los deberes y derechos de los medios y periodistas”. Una regulación que siempre se ha evitado por el riesgo a coartar con ella lo que se pretende proteger.