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Pactos de geometría variable
AHORA/Rosa Paz - 12/06/2015
En las últimas horas los partidos están cerrando pactos de gobierno para ayuntamientos y comunidades autónomas que son la aplicación de aquella geometría variable de alianzas de la que solía hablar el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que nunca gobernó con mayoría absoluta y tuvo que buscar apoyo para sus iniciativas legales en casi todo el arco parlamentario. Este jueves se vio a Ciudadanos votar a favor de la investidura de la socialista Susana Díaz en Andalucía, lo que facilitará al partido de Albert Rivera votar también a favor de la popular Cristina Cifuentes para el gobierno de la Comunidad de Madrid.
Con la constitución de los ayuntamientos este sábado se podrá observar una amplia gama de acuerdos, marcados por la preeminencia de los pactos entre el PSOE y las plataformas municipales en las que participa Podemos, el partido que permitirá a los socialistas acceder a las presidencias de Castilla-La Mancha, Aragón y Comunidad Valenciana junto a Compromís.
El Ayuntamiento de Madrid, con la proclamación de la candidata de Ahora Madrid, Manuela Carmena, como alcaldesa es el símbolo de esa nueva era de pactos marcados por algunos elementos novedosos como que por primera vez el PSOE no es el partido hegemónico en esos grandes municipios —Madrid, Barcelona o Zaragoza—, donde antaño gobernó con el apoyo del PCE y de IU.
Es también la primera vez que los socialistas se ven forzados a pactar con un partido que no les gusta. No porque sea radical, bolivariano o chavista sino porque es el que descaradamente pretende ocupar su lugar, arrebatarles la hegemonía de la izquierda, sustituirlos e incluso verlos desaparecer, como ha ocurrido en Grecia con Syriza y el Pasok. Ese sorpasso que IU nunca fue capaz ni de imaginar y con el que Podemos sueña.
Es verdad que los resultados de las elecciones celebradas hasta ahora dejan a Podemos lejos aún de conseguirlo y que su líder Pablo Iglesias ya admite que el asalto a los cielos va a tener que ser gradual, pero el PSOE vive esos pactos con la sensación de estar metiendo la piraña en su bidé, aunque los firma porque sabe que sus electores los están demandando y que, por tanto, entrañaría más riesgo no firmarlos. Si no los suscriben, frustrarían las expectativas de muchos de sus votantes que en un porcentaje elevado ya prefirieron votar en Madrid a Manuela Carmena que a Antonio Miguel Carmona.
Con la constitución de los ayuntamientos este sábado se podrá observar una amplia gama de acuerdos, marcados por la preeminencia de los pactos entre el PSOE y las plataformas municipales en las que participa Podemos, el partido que permitirá a los socialistas acceder a las presidencias de Castilla-La Mancha, Aragón y Comunidad Valenciana junto a Compromís.
El Ayuntamiento de Madrid, con la proclamación de la candidata de Ahora Madrid, Manuela Carmena, como alcaldesa es el símbolo de esa nueva era de pactos marcados por algunos elementos novedosos como que por primera vez el PSOE no es el partido hegemónico en esos grandes municipios —Madrid, Barcelona o Zaragoza—, donde antaño gobernó con el apoyo del PCE y de IU.
Es también la primera vez que los socialistas se ven forzados a pactar con un partido que no les gusta. No porque sea radical, bolivariano o chavista sino porque es el que descaradamente pretende ocupar su lugar, arrebatarles la hegemonía de la izquierda, sustituirlos e incluso verlos desaparecer, como ha ocurrido en Grecia con Syriza y el Pasok. Ese sorpasso que IU nunca fue capaz ni de imaginar y con el que Podemos sueña.
Es verdad que los resultados de las elecciones celebradas hasta ahora dejan a Podemos lejos aún de conseguirlo y que su líder Pablo Iglesias ya admite que el asalto a los cielos va a tener que ser gradual, pero el PSOE vive esos pactos con la sensación de estar metiendo la piraña en su bidé, aunque los firma porque sabe que sus electores los están demandando y que, por tanto, entrañaría más riesgo no firmarlos. Si no los suscriben, frustrarían las expectativas de muchos de sus votantes que en un porcentaje elevado ya prefirieron votar en Madrid a Manuela Carmena que a Antonio Miguel Carmona.
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