19/3/2024
Libros

Paco Gómez. Los sueños secretos de Kafka

El escritor y fotógrafo funde imagen y palabra, realidad y ficción a partir de la figura del autor de La metamorfosis

  • A
  • a
Paco Gómez. Los sueños secretos de Kafka
Una de las imágenes del libro, postal ficticia que Kafka habría enviado desde Madrid. Paco Gómez / Fracaso Books
Lo primero que Franz Kafka pregunta a su tío al llegar a Madrid es que si esta ciudad tiene metro. Viene fascinado por el metro parisino iluminado con sus lámparas eléctricas. No le seduce el prodigio técnico de este nuevo medio de transporte, ya había visto aviadores en Brescia desafiando al cielo en aeroplanos construidos a la manera de las bicicletas. Lo que le interesa del metro es su vida interna. En sus túneles piensa que el hombre no está solo, pasa a ser un objeto urbano como el agua que circula por las cañerías, un integrante del flujo sanguíneo de la ciudad.” Al escritor y fotógrafo Paco Gómez tan solo le hace falta detenerse en una antigua fotografía sobreexpuesta de un tipo con gabardina que camina con la cabeza gacha y deja atrás el Palacio Real de Madrid para imaginar una eventual respuesta a uno de los muchos enigmas que rodearon la vida de uno de los escritores clave de la modernidad: su imposible visita a Madrid bajo el cuidado de su tío Alfred Loewy.

No es la única fotografía desde la que Gómez parte para trazar un hipotético perfil del malogrado escritor checo en Proyecto K, porque de
Un archivo fotográfico es el que pone en marcha el apasionante juego fabulador del libro
hecho se trata de una obra que hace de la imagen la matriz de todo el relato. Como ya sucediera en su libro anterior, Los Modlin (2013), en el que el autor se apropió del archivo de la familia Modlin —que se encontró tirado literalmente en la basura de la calle del Pez de Madrid— con el objetivo de reconstruir la existencia de esta peculiar familia, en Proyecto K es de nuevo un archivo fotográfico el que pone en marcha un apasionante juego fabulador que, en esta ocasión, lleva a Gómez de Madrid a Praga y de la capital checa de nuevo a España siguiendo las huellas del escritor de La metamorfosis, tras ser contratado por una asociación secreta para gestionar una serie de singulares fotografías de Kafka desconocidas por el gran público.

Kafka en miniatura

Bajo una propuesta que hilvana imagen y palabra, realidad y ficción, que asimismo invoca todos los prefijos posibles de la posmodernidad literaria (de la autoficción a la metaliteratura), Gómez muestra a ese Kafka que aspira a ser miniatura, un pequeño organismo que se mimetiza con el vaivén mecánico de la ciudad moderna —como en esas líneas acerca de Madrid citadas en el inicio de este texto—, pero también a una persona obsesionada con la capacidad evocadora y hasta redentora de la imagen. Cuando Gómez presenta al escritor por primera vez lo hace enseñando a un Kafka niño de camino al atelier de fotografía de Moritz Klempfner, adonde va para hacerse una de esas carte de visite, retratos de estudio algo teatralizados, que tanta fortuna hicieron a lo largo de la mitad del siglo XIX. Y cuando se despide de él, lo hace describiéndolo “envuelto en visiones turbulentas”, carcomido por la tuberculosis que lo llevará a la muerte y por la serie de complejos experimentos a los que Robert Klopstock, su médico personal, le ha sometido con el objetivo de extraer los sueños que lo atormentan para imprimirlos en placas fotográficas.

La trama oculta del archivo

Proyecto K es también la historia del destino de esas fantasiosas placas eléctricas que contienen el universo onírico de Kafka, un mundo de imágenes por descifrar ante las cuales cae hipnotizado Gómez, obsesionado con contar la trama oculta que parece tejer la inconmensurabilidad de ese archivo fotográfico.

Proyecto K es la historia de un mundo de imágenes por descifrar ante las que Gómez cae hipnotizado

Dos narraciones que van en paralelo, la biografía de Kafka y la biografía de Gómez y su relación con ese inventario de imágenes del escritor, que se imbrican para desdibujar los lindes de uno y otro relato, de uno y otro medio de expresión creativa: “Una vez puestos en común texto e imagen, era difícil saber quién representaba a quién. Si el texto estaba antes que la imagen o el sueño antes que las palabras. Si los libros se construyeron en base a las fotografías o las palabras surgían de los sueños. Todo parecía formar un mismo ente atemporal e incomprensible”.

Y como toda historia que plantea una búsqueda, Proyecto K es asimismo una obra sobre la desorientación y los desvíos alucinatorios, sobre la extraña capacidad del archivo de convertirse en una brújula estropeada que alienta todo tipo de manías persecutorias. Porque si para Jacques Derrida hacer uso del archivo supone un acto de recuerdo, a pesar de que jamás podrá restituir el pasado tal como fue, Gómez lo plantea como un instrumento que precipita el delirio de la ficción. En eso consiste, en pocas líneas, la apropiación de imágenes, ya sea en el formato fotográfico como en el audiovisual. Y Gómez, pocas dudas caben, es bastante más que un notable practicante.

Proyecto K
Proyecto K
Paco Gómez
Fracaso Books, Madrid, 2016, 288 págs.